Miedo A Perderte: Cap 57

Lamento la demora, mi familia me secuestro y me llevó a almorzar a un lugar apartado de la ciudad. Pero seguimos con la maratón sin descanso!! Firmen y subo más.

                              "No hay tiempo"

-¿Dónde está Lali?-

-Si lo supiera no hubiera venido a pedir tu ayuda- dijo Cande feliz de que Peter hubiera reaccionado

Peter cogió su celular y llamó a Lali pero no respondía y después de tantos intentos de llamada parecía que había apagado su celular.

-Apagó el celular- se lamentó Peter

-Eres tan básico Juan Pedro, anda a buscarla- 

-¿A buscarla? ¿Dónde?-

-Eres muy inteligente para buscar como joder a Lali pero para otras cosas eres flor de tarado-

-Bueno párale con los insultos y dime dónde puedo comenzar a buscarla-

-Podrías comenzar con localizar a Pablo, él sabe todo lo que tú necesitas saber y apúrate que no hay tiempo-

Peter llamó por celular a Pablo quien por suerte contestó

-Pablo, habla Peter. ¿Me podrías decir dónde puedo encontrar a Lali, por favor?-

-Me hizo prometer que no se lo diría a nadie, mucho menos a ti y por cómo nos trataste hoy a Lali y a mí, ni pienses que voy a faltar mi promesa por ti-

-¿A ti cómo se te ocurre proponerle semejante cosa? ¿Qué quieres? ¿Qué ella y yo no nos volvamos a ver, nos quieres alejar?- preguntó Peter enojado por su impotencia ante la situación

-Peter a mi no me interesa alejar a nadie de nadie yo le hice esa propuesta hace mucho tiempo por un favor que ella me hizo y nada más-

-Si es así dime dónde puedo encontrar a Lali, tengo que impedir su viaje a Dios sabrá qué lugar-

-Lo lamento pero no te lo puedo decir-

-Pablo, escúchame bien. Tú ahora mismo me dices dónde se encuentra Lali o te juro que la próxima vez que te vuelva a ver terminaras tan pero tan deforme que te mirarás al espejo y no te reconocerás de la golpiza que te daré-

-¿Me estás amenazando?- preguntó Pablo

-Te estoy previniendo y protegiendo de una paliza muy probable si en caso no me dices dónde está Mariana-

-Peter, no creo que a Lali le agrade que lo sepas-

-En este preciso momento me importa nada que le agrade a Lali o no, yo no voy a permitir que se valla así porque sí-

-Dame una buena razón porqué te lo tendría que decir-

Peter ya estaba enojado, ese tipo sí que sabía cómo agotarle la paciencia.

-Por qué la amo, la amo mucho, demasiado y por estupideces y errores de ambos no voy a dejar ir de mi lado a la persona que quiero acompañándome por el resto de mi vida. ¿Feliz, eso te es suficiente o quieres que siga?-

-Está en el hotel de camino al aeropuerto. Apúrate porque no hay tiempo que perder, estás tarde-

Peter colgó y fue corriendo a buscar un taxi que lo llevara hasta el hotel, gracias a Dios encontró uno a penas salió del edificio.

Si no fuera porque efectivamente no había tiempo se hubiera quedado reclamándole a Pablo que tendría más tiempo si se hubiera apurado en decirle dónde se encontraba Lali.

Al llegar al hotel se dirigió al recepcionista

-¿Mariana Espósito?- preguntó Peter muy apurado

-La niña ya se fue hace mucho- dijo el señor con una paciencia que Peter no poseía en ese momento

-¿Se fue con sus cosas?-

-Con todas sus maletas, dijo que su tiempo hospedada aquí había caducado. La voy a extrañar mucho-

-Por casualidad, ¿sabe dónde la puedo encontrar?-

-No tengo la menor idea, sólo sé que me pidió ayuda para subir sus maletas a un carro que la vino a recoger-

-Muchas gracias- y dicho esto Peter se fue y volvió a subir en el taxi- Lléveme al aeropuerto lo más rápido posible, por favor-

El conductor no dijo nada y condujo hacía el aeropuerto.

Peter no sabía cómo pero la tenía que detener, ella no se podía ir así porque por más enojado que estuviera con Lali no iba a permitir que se fuera para siempre, ya se había ido una vez y no dejaría que volviera a suceder lo mismo.

Al llegar al aeropuerto encontró a Lali afuera de él con sus maletas, estaba parada sin moverse parecía que estuviera congelada.

Peter se acercó un poco preocupado y cuando estuvo lo suficientemente cerca vio como Lali estaba llorando, era increíble la cantidad de lágrimas que corrían por su rostro.