Dulce Venganza: Cap 23

Aquí la abandonadora, pasé muchos días sin publicarles, por el tema de las tareas se me complica a veces. Si les gusta recomienden, si quieren que les avise por twitter solo me lo dicen y ya :) Y no olviden de firmar, a ver si me convencen de hacer una maratón pronto. Besos y disfruten lo poco que queda de este domingo.

-Ahora puedes estar enojado, y es mejor que no hagas las cosas en plan caliente- le aconsejó Lali sin dejar de mirarlo totalmente nerviosa

-Tener sexo en plan caliente, esa es la cuestión-

-Por favor Peter, yo sé que tú no quieres hacer esto, y mucho menos yo-

-¿Cómo estás tan segura?- preguntó Peter totalmente concentrado en la carretera

-Maldita sea Peter, detén el auto ahora-

-¿Te dije que amo que me llames Peter? Lástima que no lo hagas siempre, supongo que si lo hicieras entonces se perdería la magia-

-Deja de decir idioteces y para el maldito auto de una vez-

-Veo que estás nerviosa- dijo Peter soltando una carcajada

-Si no detienes el auto yo me bajó de todas maneras- previno Lali haciendo ademán de abrir la puerta del carro

-¡¿Qué crees que haces?! ¡¿Estás tarada?!- se escandalizó Peter poniendo seguro a todas las puertas del auto- Si haces esa estupidez te podrías matar-

-¿Y eso a ti qué?-

-Tienes razón, eso a mí no me importa-

Lali estaba muy tensa, nada de eso estuviera pasando si no hubiera mentido de esa forma a su tío.

-¿Qué te dijo Nicolás cuando fuiste a su oficina?-

-Ya llegamos- avisó Peter apagando el motor y saliendo del auto tirando la puerta con fuerza.

Por un momento creyó que todo eso era un plan armado por Nicolás y Juan Pedro para asustarla, pero al ver el lugar donde la había llevado empezaba a creer menos en esa posibilidad. El auto estaba estacionado al frente de un hotel, no precisamente lujoso, sino todo lo contrario.

-No te voy a esperar toda la noche Mariana, baja del auto de una vez o me veré en la obligación de hacerte el amor aquí mismo-

-Peter, por favor...- suplicó Lali bajando del auto titubeante

-Ni se te ocurra irte corriendo o será mucho peor- amenazó Peter antes de dirigirse a la recepción del hotel, cosa que el hecho de que siquiera tuviera una recepción sorprendió a Lali

-...al nombre de Juan Pedro Lanzani, habitación matrimonial- dijo Peter de lo poco que alcanzó a escuchar Lali mientras entraba al hotel- Listo, muchas gracias-

Juan Pedro la agarró de la mano y la condujo hacia la que sería su habitación por esa noche.

¿Habitación matrimonial? Claramente esa no podría ser una broma, ese tipo estaba totalmente seguro de que quería tener relaciones sexuales con ella.

Antes de lo pensado Lali vio cómo Peter introducía la llave en la cerradura de la habitación que les habían designado.

-Vamos- dijo Peter entrando y agarrando del codo a Lali para que lo imitara- ¿Qué te parece?- preguntó una vez entraron.

La habitación era completamente blanca y al centro había una cama enorme con sábanas de un rojo intenso.

-Bonito, ¿no?- preguntó Peter sonriendo mientras se desabotonaba la camisa lentamente, Lali no pudo evitar apartar la mirada de las ágiles manos de Juan Pedro.

-Me quiero ir-

-Todo esto está ocurriendo gracias a tus mentiras Mariana-

-Aprendí la lección- se apresuró a decir Lali- No debo de mentir con temas tan delicados, ¿feliz? Ahora sí me voy de acá-

Ella se encaminó hacia la salida de la habitación pero Peter se interpuso en su camino, ya se había quitado la camisa dejando al descubierto unos músculos demasiado bien trabajados.

Lali se pasó la lengua por los labios, sin apartar la vista de su abdomen al descubierto.

-Veo que me deseas más de lo que aparentas- Peter se acercó paso a paso a ella, lentamente, cual cazador va por su presa, una presa que para él era totalmente indefensa.

-Te equivocas- negó Lali ascendiendo la mirada hasta llegar a sus ojos color verde oliva, oscurecidos por el deseo- Debería decir que quien desea más de lo que aparenta, eres tú-

-No puedes estar más equivocada, pequeña- Peter la agarró de la cintura atrayéndola hacia él

-Suéltame- ordenó Lali forcejeando

Peter sonrió y la besó con desenfreno, vorazmente, desde que ella lo había besado no había podido pensar en otra cosa que no fuera en lo atrayente que eran los labios de Lali.

Cuando ella entrelazó sus dedos en su cabello Peter se estremeció de placer, esa niña probablemente ni siquiera tuviera conocimiento sobre la mujer que llevaba dentro de sí y que despertaba los deseos más primitivos en él.

Se deshizo de la ropa de Lali en un santiamén dejándola únicamente con su ropa interior y ella no se opuso a nada, más bien lo ayudo a que lo hiciera.

-¿Qué sucede chiquita? ¿Ya no nos oponemos?- preguntó rozando sus labios en el cuello de Lali y con la mano le acariciaba la espalda- Al menos lleguemos a la cama-

-Tú eres el desesperado, no yo- susurró Lali posando ambas manos en los fuertes brazos de Juan Pedro

-¿Desesperado? Te voy a mostrar que la única desesperada eres tú- y dicho eso Peter le quitó el sostén liberando sus senos sonrosados y pasando lentamente sus dedos por sus pezones

-¡Basta!- ordenó Lali, pero contrariando a lo que decía comenzó a desabotonar el pantalón de Peter y bajar el cierre.

Juan Pedro la abrazó chocando sus pezones contra su pecho y la hizo retroceder hasta hacerla caer en la cama con él encima.

-Te atrapé- se rió Peter enroscando su manos en los mulos de Lali

Ella lo miró a los ojos por largo rato y luego lo besó...con deseo, eso Peter lo reconoció al instante, pero notó que también había algo más, no sabía qué, pero tenía una corazonada, una corazonada a la cual era preferible no dar importancia.

Movían los labios lentamente, acompasados, Peter quería disfrutar al máximo de la sensación que le provocaban los labios de Lali, y eso también lo asustaba. Aquella niña si no la controlaba podría llegar a ser un peligro, un gran peligro personal, y eso él no lo podía permitir.

-Bueno, acabó la función- dijo Peter apartándose violentamente y parándose- Telón-

-¿De qué hablas?- preguntó Lali agitada mientras se sentaba en la cama

-¿En serio creías que íbamos a hacerlo?- ser burló mientras se abotonaba la camisa y el pantalón- Pensé dejarte claro que no habría otra mujer en mi vida que no fuera Nina y mi hija, chiquita-

-Sólo por tener sexo no me convierte en tu mujer, Juan Pedro-

-Te hago mía, que en todo caso es lo mismo- dijo Peter terminando de vestirse y pasando un mano por su pelo- Y sé que aún no has tenido una experiencia sexual, por lo que como hombre maduro te aconsejaría que tengas tu primera vez con alguien que en verdad ames y que estés segura que te ama, por que por más que sabías que no siento nada por ti aceptaste acostarte conmigo, no seas tan fácil-

Lali se ruborizó, se sentía efectivamente cómo Peter le había dicho, una fácil.

-Ahora yo me voy al apartamento, cuando quieras te puedes ir- le avisó Juan Pedro abriendo la puerta- Supongo que sabrás cómo llegar al apartamento, te aconsejaría que no te quedes mucho acá porque sólo pagué por esta noche y mañana en la mañana-

-Pero...- Lali no pudo terminar de hablar porque fue interrumpida por el portazo que escuchó en señal de que Peter se había ido y se encontraba sola en la habitación del hotel.