lunes, 10 de septiembre de 2012

Dulce Venganza: Cap 19

Comenzamos con la maratón sorpresa!! 1 o 2  firmas y subo el siguiente. Besos.



Juan Pedro era muy bueno en lo que hacía, definitivamente tenía un talento innato para mover sus labios con suma destreza y sensualidad. 

Lali sentía que se perdía en sus labios, la forma en que su lengua rozaba sus labios y hábilmente se internaba dentro de su cavidad oral, para inspeccionar cada zona absolutamente desconocida para él, y del cual, estaba dispuesto a conocer.

Ambas manos de Peter estaban sobre las mejillas de Lali, una forma para que ella no se pudiera alejar por más que quisiera, estaba disfrutando de ese constante juego de lenguas, esa adrenalina que recorría por sus venas, ese calor que se internaba en un punto específico de su cuerpo, esa necesidad por estar así con ella y nunca separarse.

Lali puso sus manos en el pecho de Peter intentando alejarse pero él sólo permitió que se alejara unos centímetros, tan escasos que aún sentía el aliento de Peter chocando contra su rostro.

-Está mal- susurró Lali entrecortadamente

-¿Y desde cuándo dejas de hacer algo sólo porque esté mal?-

Lali se sentía mareada, no era el mejor momento para comenzar una discusión.

-No está bien- se limitó a responder

-Tú lo quieres- Peter se alejó con brusquedad haciendo que ella se tambaleara 

-Es mejor que Nicolás habrá esa puerta de una vez por todas- las piernas de Lali temblaban de una forma asombrosa

-O sino este lugar se incendia- dijo Peter riéndose

-¡NICOLÁS! ¿PUEDES ABRIR ESA PUERTA DE UNA MALDITA VEZ?-

-Del amor al odio hay un sólo paso-

-¿Qué dices?- preguntó Lali enojada- Un sólo comentario más de esos y te arrepentirás, te lo juro-

-Amenazas mucho a las personas, ¿no? Considerando que no estás en posición para que lo hagas-

-¡NICOLÁS ESPÓSITO!- gritó Lali, y luego se dirigió a Peter- ¿Y por qué crees eso, Lanzani?-

-¿Por qué no me dices sólo Peter?- preguntó cambiando de tema

-Eso no te importa-

Se escuchó el tintineó de las llaves y de inmediato se abrió la puerta.

-¿Ya se arreglaron?-

-Totalmente, nunca pudimos estar mejor juntos- respondió Lali cortante y se fue casi corriendo de la habitación de Peter, lo que había ocurrido allí nunca debió de pasar, pero lo que le sentaba aún peor es que ella había comenzado con todo eso.

En lo que menos quería pensar era en todo los significados que le estaría dando Juan Pedro al beso que ella le dio...pero que él correspondió.

No, definitivamente no se tenía que hacer ilusiones con ese tipo.

En la tarde Nicolás la obligó a ir a la Empresa Suárez para una reunión con Camilo Suárez. Lali muy pocas veces lo había visto, era igual como fue su abuelo en vida, prefería la soledad antes de emplear tiempo con su familia, por lo que en todas las veces que visitó la mansión de los Suárez sólo lo pudo ver de lejos en dos ocasiones.

-Es un gusto tenerla aquí, señorita Espósito, tengo entendido que usted y mis hijas son muy buenas amigas- dijo Camilo una vez que Lali y Nicolás estuvieran sentados al frente de él, con su escritorio de por medio.

Aquella oficina estaba abarrotada de diplomas por todos lados.

-Sí, nos conocemos desde muy niñas-

-Me alegro- Camilo acercó un papel a Lali y al ver su confusión, explicó- Sólo falta una firma tuya, tu tío y Juan Pedro Lanzani ya firmaron-

Lali volteó a mirar a Nicolás, creía haberle dejado claro que ella no firmaría absolutamente nada.

-No tenemos todo el tiempo del mundo Lali- la apresuró Nicolás

-¡Dije que no iba a firmar nada!- Lali no pudo evitar levantar la voz y pararse de golpe provocando que su silla casi se cayera para atrás.

-Mariana, siéntate y firma eso- ordenó su tío muy enojado y colorado

-No me puedes obligar-

-Pero ésta vez lo haré, es por tu bien- Nicolás la agarró por los hombros y la obligó a sentarse a la fuerza- Firma ese documento-

Sabía que no tenía opción, con mano temblorosa firmó aquel documento del que no sabía cuál era su contenido pero aún así, sabía que nada bueno se podría sacar de esa fusión.

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