Dulce Venganza: Cap 22

Hola, hola, hola, hola. Venga a dejarles un capítulo más. Mer Pilling: Me reí mucho con lo que dijiste de Lali :) Bueno, si quieren que les avise por twitter sólo díganmelo, y si les gusta, recomienden. Firmen y subo más.

-¿Dónde está Lanzani?- preguntó muy enojado

-Como dije, recién salió de mi habitación por lo que debe estar en la suya- respondió Lali sonriendo

Nicolás a paso veloz fue hacia la habitación de Peter, con Lali pisándole los talones sin dejar de sonreír, y apenas llegó golpeó la puerta con toda la fuerza de la cuál era capaz.

El sonido que provocaba su puño contra la madera de la puerta era casi estruendoso, Peter no demoró en abrir la puerta y encontrarse con Nicolás totalmente encolerizado.

-Vamos a hablar ahora mismo, te espero en mi oficina- dijo Nicolás yéndose a su oficina igual de rápido como cuando fue a buscar a Peter a su habitación.

Ese comportamiento extrañó a Lali, pero era preferible no darle mucha atención a su tío.

-¿Qué has hecho?- susurró Peter cruzando los brazos

-Lo que me pediste-

-¿Le has dicho algo a Nicolás? Parecía muy enojado-

-¿Tú crees?- preguntó Lali sonriendo- Yo no, de seguro sólo te ha dado esa impresión, ve tranquilo-

Peter se fue sin decir nada más.

Lali fue corriendo a su habitación, quería salir a recorrer la ciudad y le importaba poco o nada el hecho de no avisarle a nadie que salía del apartamento, si lo hacía sabía muy bien que Nicolás no le daría permiso, y ella no planeaba estar presente para cuando Juan Pedro se enterara de todas las mentiras que le había dicho a su tío.

Diez minutos después ya estaba afuera del apartamento, sacó su auto del garaje que se encontraba a sólo un par de cuadras y poco le costó llegar al mall más cercano. Por suerte en su trayectoria de escape del apartamento había cogido una tarjeta de crédito, más precisamente, la tarjeta de Juan Pedro.

Cuando él se enterase de absolutamente todo reventaría del enojo, y eso la divertiría mucho, estaba segura.

Entró a muchas tiendas, prácticamente recorrió todo el mall, y lo volvió a hacer, comprando todo lo que encontraba a su paso. Apenas anocheció decidió ir a ver una película, si bien en la cartelera habían muchas opciones ninguna le interesaba, hasta que encontró una película sobre zombis.

Unas palomitas untadas de mantequilla le bastó para poder disfrutar de la película, al entrar la sala estaba casi vacía.

El principio de la película fue muy aburrido, pero se puso más interesante cuando los zombis comenzaron a devorar los sesos de las personas, quienes corrían gritando despavoridos.

-Parece que ese tipo de cosas te divierten-

Lali volteó sonriendo, pero al ver de quién se trataba todo rastro de alegría se le borró de la cara.

-¿Puedo sentarme contigo?-

-¿Qué haces aquí?- preguntó Lali con el ceño fruncido, no le hacía gracia encontrarse con él después de tanto tiempo

-Lo mismo que tú, vine a ver una película- respondió sentándose y cogiendo sin permiso las palomitas de Lali- Aunque tal parece que vine muy tarde-

Máximo Reca había sido su mejor amigo, hasta cierto día, del cual no quería recordar.

-¿Puedes sentarte en alguna otra butaca de todas las que hay aquí?- preguntó Lali con desagrado.

-No, quiero verla contigo chiquita- respondió sonriendo.

No había cambiado en nada, tenía el mismo cabello desordenado y rebelde, era desgarbado y muy, muy sinvergüenza, desde el momento en que había agarrado sus palomitas sin su consentimiento supo que ese aspecto en él no había cambiado.

-¿Cómo sabes que estaba aquí?- preguntó Lali recelosa

-Siempre tan egocéntrica, chiquita. No estuve persiguiéndote, es pura casualidad-

-Eso espero- dijo Lali levantándose de su butaca

-¿Te vas? Si lo haces, al menos déjame tus palomitas-

Ella le aventó el envase de las palomitas, y como siempre que lo había hecho en el tiempo que eran mejores amigos, él lo atrapó ágilmente.

Salió de la sala y quedó parada afuera buscando su celular.

-Hey, lo siento- Maxi salió atropelladamente- Fue sólo un chiste, no quise ofenderte-

Lali revoleó los ojos

-Lo sé Maxi, ahora déjame concentrarme para recordar dónde dejé mi celular, tengo que llamar a mi tío antes que se enoje aún más por lo que he hecho-

-¿Y qué es exactamente lo que has hecho?- preguntó con curiosidad sin dejar de comer las palomitas

-Sólo una estupidez y otra más, y otra, y otra. ¿No?- dijo alguien evidenciando en su voz mucha furia

Lali se quedó paralizada, sabía perfectamente quién había dicho aquello

-Mierda- dijo entre dientes después del susto

-Exactamente, haz hecho solo mierda, Mariana-

Lali volteó, y efectivamente, se encontró con un Peter con el ceño fruncido y totalmente enojado.

-Peter...- no esperaba verlo ahí, supuso que con poca suerte lo vería al día siguiente haciendo sus maletas para regresarse a la mansión Espósito y sacar de ahí sus pertenencias, y con mucha suerte no lo volvería a ver jamás.

Él la agarró del codo muy fuerte y la estaba conduciendo a sabe Dios dónde, Lali se quejó de dolor.

-¡Alto!- lo detuvo Maxi- La estás lastimando, ¿no te das cuenta? Así no se trata a las mujeres-

-Yo la trato como a mí se me antoje, ¿entendiste?-

-¿Quién eres para hablar así? Ella no es un perro, y claramente, tú no eres su dueño para que te creas con el poder de decir eso-

-Tienes razón- admitió Peter- No es un perro, es una perra-

-¡No voy a permitir que la insultes así!-

-¿Quién eres tú? ¿El novio?-

-No, soy su mejor amigo- dijo Maxi con convicción, aunque eso ya no era cierto.

-Me alegro- Peter forzó una sonrisa y condujo a Lali hacia un auto, aunque ahora la agarraba del codo con mucha delicadeza, pero firme

-Este no es mi auto- dijo Lali una vez que ambos entraron y Peter encendía el motor

-Tienes toda la razón, "chiquita"- dijo lo último en plan burlón, parecía que todo enojo se le había disipado.

-¿Estuviste escuchando nuestra conversación? ¿Cómo supiste que estaba en aquel cine?-

-Era demasiado obvio cuando descubrí que habías robado mi tarjeta de crédito, te encontré hace mucho metiendo tus bolsas de compras en el maletero de tu auto, así que te seguí hasta el cine pero aquel tipo se me adelantó y cuando pensaba entrar, él ya estaba muy cómodo sentado a tu lado-

-¿A dónde vamos?-

-Le dijiste todas esas mentiras a Nicolás, ¿recuerdas?-

-Estás enojado-

-Lo estoy- aceptó Peter

-¿A dónde me llevas?-

-Vamos a hacer que todas tus mentiras dejen de ser mentiras, y encargarme personalmente que se hagan verdad-

-¿Eh?- Lali no entendía qué quería decir Juan Pedro

-Dijiste que estuvimos a punto de tener sexo en mi habitación y como Nicolás nos interrumpió no pasó nada,  también que yo te estaba obligando, y si mal no recuerdo, que quería seguir con lo que tu tío no había dejado que termináramos- Peter miró de reojo a Lali intentando controlar su enojo, y prosiguió- Así que ya que tuviste una gran imaginación para inventar eso, yo tendré una gran imaginación para hacerlo realidad-

-No, Peter- le advirtió Lali sintiendo el miedo a flor de piel- Mi tío sabrá de esto, no me puedes obligar-

-Muy tarde- se limitó a responder apretando el volante con fuerza mientras conducía