Dulce Venganza: Cap 88

Holaaaa, siento no publicar ayer, no se pudo, pero publico hoy en la mañana por el capítulo de ayer que no publiqué y hoy en la noche, es decir hoy hay capitulo doble. Besos y que venga con todo el finde :)

 Euge se frotó los ojos, no tenía ganas de levantarse, pero Nico no podía quedarse a dormir ahí por más que lo quisiera, y menos ella, necesitaba ir a ver a su papá al hospital. Abrió los ojos y lo primero que vio fue el musculoso pecho de Nico cubierto por una ligera capa de vello rubio, al levantar la mirada se encontró con los ojos claros de él observándola atentamente

-¿Sucede algo, cariño?- susurró Nico recorriendo el rostro de Euge con los dedos

Euge se estremeció ante el contacto de Nico, lo había extrañado más de lo que había creído

-Camilo, tengo que ir a verlo- recordó Euge convenciéndose más a sí misma que a él

-¿Me puedes decir qué pasó con Camilo?- pidió Nico con amabilidad

Euge bajó la mirada a las sábanas que cubrían la desnudez de ambos.

-Camilo está en coma, Nico, es muy probable que muera, mi madre adoptiva me avisó- murmuró entre dientes

Nico la apretó más contra sí, de una manera un poco torpe, pero muy tierna.

-¿Estás segura de estar preparada para verlo?-

La preguntó de Nico la sorprendió, desde que se enteró no había pensado más que ir en su encuentro, no se le había pasado siquiera por la cabeza pensar en si se sentía preparada o no, pero tampoco importaba mucho, la vida de Camilo corría riesgo.

-No lo sé, pero no pienso quedarme acá hasta que me sienta preparada, es probable que nunca me sienta preparada, y mientas me pongo a reflexionar, Camilo ya habría podido haber muerto para eso. Necesito ir ahora mismo- dijo Euge levantándose de la cama de un salto y cubriéndose con una bata

-Te acompaño- anunció Nico dando a entender que no aceptaba ninguna negativa

Entrar a la habitación dónde se encontraba Camilo en estado de coma fue chocante, Euge siempre lo creyó tan invulnerable, por eso nunca se sentía culpable de tratarlo mal y odiarlo, sobre todo lo último, pero ahora...

Ahora la cosa cambiaba, su padre estaba postrado en un lecho totalmente vulnerable, con la vida pendiente de un hilo, no entendía por qué su madre adoptiva la había llamado para avisarle, ella era consiente del odio que le tenía Euge a Camilo.

-Está muy mal- se lamentó Emilia Suárez entrando en la habitación

Euge se dio vuelta y miró a su madre adoptiva, le parecía que habían pasado décadas de la última vez que la vio, siempre había sido una mujer altiva, pulcra y muy bella, pero ahora la veía demacrada, con ojos rojos y ojeras profundas. Sin dudarlo, Euge le dio un fuerte abrazo a Emilia.

-Lo siento mucho, mamá- susurró Euge intentando contener las lágrimas

-Oh, Euge, hace mucho que no te referías así de mí, me encanta escucharlo de nuevo- dijo Emilia emocionada y luego que se dejaron de abrazar miró de nuevo a Camilo- Tu padre se equivocó muchísimo, Euge, pero está arrepentido desde hace muchísimos años. Antes te alejaba aposta, pero hace mucho que no es así, si seguían distanciados es porque Camilo no sabía cómo pedirte per...-

-No sigas, mamá- le pidió Euge- No quiero escuchar esas cosas, no ahora, lo importante es Camilo, ¿no? Lo demás puede esperar-

Emilia la miró sorprendida, y por fin, luego de tantos años de angustia, puedo darse cuenta que Euge realmente apreciaba a su padre, por más que no lo mostraba y gritaba a los cuatro vientos que lo odiaba, ¡ella lo quería!

Euge se froto los ojos por segunda vez en el día, estaba preocupada por su padre, y odiaba estar preocupada por ese hombre, él no se merecía que ella se tuviera que preocupar por su salud.

-Tómate el café, te hará bien- señaló Nico con la cabeza su taza de café llena

Estaban en el restaurant del hospital, Euge miró a Nico, no sabía si lo había perdonado del todo haberla engañado, pero él una vez dijo que las cosas no habían sido como ella creía, sino que había sido una victima, ¿se animaría algún día a olvidar lo sucedido? No lo sabía, pero si sabía que confiaba en él, y ese era, para ella, un gran paso.

-Nico, gracias por absolutamente todo- susurró Euge emocionada, Nico cubrió la mano de ella con la suya

-No tienes que agradecer nada, mas bien yo debo agradecerte a ti por permitirme estar a tu lado, sé que no me lo merezco-

Euge negó

-Olvidemos todo, ¿te parece? Comencemos de nuevo, junto a Alai, ¿quieres?-

-¿Me lo dices en serio?- preguntó Nico sorprendido por su propuesta

-¿Crees que bromearía con algo así?- preguntó Euge arqueando una ceja

-Claro que quiero que comencemos de nuevo- dijo Nico levantándose y dejando un marcado beso en sus labios

-Así que creo que tengo el derecho de preocuparme, cabeza de chorlito- dijo Euge golpeándolo levemente en la cabeza

-¿Y eso?- Nico se cubrió la zona golpeada de su cabeza y la miró sin comprender

-Dejar a Alai encargada como un paquetito con una enfermera, ya hablaremos de eso, Riera, no estoy de acuerdo- susurró Euge entre enfadada y divertida

-Haré todo lo que me digas- susurró Nico posando los labios en la mano de Euge y besando dedo o dedo, mordisqueando cada uno levemente

-Estamos en un hospital- le recordó Euge un poco cohibida por la muestra de cariño pública

Nico se encogió de hombros y trazó una línea invisible con los dedos desde la muñeca de Euge hasta su hombro

-Nico en público no, por favor, estamos en un hospital-

-Shh- la calló Nico sujetándola de la muñeca y rozando sus labios en la muñeca anterior de Euge

Euge soltó un gemido ahogado

-Me encanta hacerte perder los estribos en público- confesó Nico con una sonrisa de oreja a oreja- Pero este método es mejor que estar discutiendo-

-Ya lo creo-

El celular de Nico empezó a sonar, él soltó un resoplido y lo sacó de su bolsillo trasero para contestar.

-Nicolás Riera, ¿quién al habla?- preguntó sin dejar de mirar a Euge

-Señor Riera, Alai...- era la enfermera a cargo de Alai

-¿Qué sucedió?- preguntó Nico tensando todo su cuerpo

-No está-