Dulce Venganza: Cap 81

Ahora sí comenzamos la maratón, se me hizo un poco tarde en la casa de mi bisabuela. Firmen y subo más!!

 

-¿Trampa?- preguntó Euge asegurándose de haber escuchado bien

-María me emborrachó y luego drogó, de otra manera jamás hubiera tenido nada con ella- se apresuró a explicar Nico

Euge soltó una carcajada carente de alegría

-Por favor, Riera, esa excusa para tu culebrón de la tarde, conmigo no, ¿de acuerdo?-

-Euge no te estoy engañando, no es una excusa, eso es justamente lo que pasó. En mi vida me hubiera acostado con María...-

-Pero lo hiciste- le recordó Euge- Muy aparte de eso, no entiendo por qué estamos hablando de esto, tú tienes una hija de la que hacerte cargo y yo un padre al cual tengo que acompañar-

-¡Luego me acusas de ser mentiroso a mí! Eugenia tú detestas a tu padre, aborreces tenerlo cerca. ¿De qué acompañamiento me estás hablando?-

-Son mis asuntos, no te metas- dijo Euge zafándose del agarre de Nico y mirando de nuevo por la ventanilla del avión

-Tu padre está mal- adivinó Nico luego de unos minutos

Euge no se molestó en contestar, fue interrumpido por el anuncio de que ya iban a despegar.

-Ocúpate de tus asuntos- dijo finalmente Euge

-Eso estoy haciendo justo ahora- comentó Nico sin apartar la vista de ella

-No te gastes conmigo, Nico, no tendrá resultado. Ocúpate de cosas que realmente valgan la pena, por ejemplo, tu hija-

-¿Y qué hago con lo que siento por ti?-

-Supéralo-

Euge sabía que estaba siendo muy dura con Nico, ¿pero qué más podría hacer? Se sentía una intrusa con sólo pensar en hacerse cargo de un bebé que no era suyo, y era inmoral que la bebé de la que tendría que hacerse cargo era el fruto de la infidelidad de su entonces prometido y amiga.

Simplemente no era correcto, y Nico parecía no entenderlo.

-Sabes que eso es imposible- susurró Nico

-Inténtalo, ya llegará alguien ideal para ti. No te obsesiones conmigo-

-No es obsesión, maldita sea-

Euge por fin volteó la mirada y clavó la vista en él, entonces pudo ver que estaba realmente enojado.

Y enojado, Nico podría cometer cualquier estupidez, ella lo sabía perfectamente.

-Háganla pasar a la sala, ahora voy a recibirla- pidió Lali 

-Le diré a mi sobrina que vaya a recibirla, yo seguiré supervisando la comida- comunicó Julia antes de irse

¿Peter conocía a alguna Belén Chavanne? No era de extrañar que ella no supiera absolutamente nada de eso.

A decir verdad, Lali sabía poco o nada de la gente con la que se había relacionado Peter a lo largo de su vida.

Al llegar a la sala encontró a una mujer alta, con un cuerpo asombrosamente trabajado, de pelo negro azabache y facciones finas.

Lali se preguntó si la relación que Peter había tenido con ella había sido sólo de amigos o si habría habido algo más.

Era una mujer imponente, absolutamente. Pero Lali jamás se dejaría intimidar por eso.

-Mariana, es un gusto, mi nombre es Belén Chavanne, una vieja conocida y amiga de Peter- se presentó la mujer con una sonrisa radiante como la de las modelos que se veían en comerciales

-Dime Lali- pidió sonriendo- ¿Viniste a ver a Peter?-

-No necesariamente, quería conocerte- confesó Belén sin dejar de sonreír- Peter me hablo mucho sobre ti-

-¿De verdad?-

-¿Podríamos ir a otro lugar más privado para hablar?- preguntó Belén cambiando de tema y tornándose seria

Lali frunció el ceño, tenía una mala impresión.

Algo andaba mal, lo podía intuir, y que esa mujer le pareciera vagamente familiar no la tranquilizaba.

-Me parece que este es un buen lugar- dijo Lali sonriendo forzosamente- Lo que me tengas que decir puedes decirlo aquí con suma tranquilidad, nadie nos interrumpirá-

-Tal vez lo que te diga no te vaya a gustar-

-Correré el riesgo, siéntate por favor-

Belén se sentó a regañadientes.

-¿Y qué eso que me vas a decir y no me va a gustar?-

-A mí no me gustan los rodeos así que iré al grano-

Lali asintió, por cada minuto que pasaba en compañía de Belén se acrecentaba aún más su intranquilidad.

-Yo quiero mucho a Peter, es mi amigo y lo conozco demasiado, bastante, diría yo-

-Bien- dijo Lali cortante, si esta tipa había venido para contarle cuántas veces se había acostado con Peter, porque sabía perfectamente que eso quería dar a entender, no le interesaba en absoluto saberlo.

-Creo que lo mejor para ti sería que te divorciaras de Peter-

Lali enarcó una ceja.

-No te lo tomes a mal, sé que no tengo derecho a decirte eso y menos en tu propia casa, pero es la verdad- aseguró Belén con una mueca en los labios, como si realmente lamentara decir aquello

-¿Y por qué, según tú, debería divorciarme de mi marido?- preguntó Lali mirando a Belén con desconfianza

-No es una buena persona-

-Suficiente, no permitiré que vengas a decir esas cosas de Peter- Lali se levantó del sofá y la miró con furia contenida- Menos en nuestra casa y si fuera tan amiga de él como aseguras no dirías esas cosas de él. Yo soy su esposa, sé quién es Peter y lo mucho que vale como persona. Me parece que lo mejor es que te vayas ahora mismo y, desde ya te digo, Peter se enterará de esto-

-¿En serio crees conocerlo? ¡No me hagas reír!- Belén también se paró y la miró con sorna- Un par de meses casados no te convierte en la persona que más conoce a Peter-

-¿Ah, sí? Y según tú, ¿quién es la persona que más conoce a Peter?-

-Nina, por supuesto- respondió Belén

Ya había aguantado lo suficiente, ella no permitiría tener que seguir escuchando a Belén.

-¡Lárgate de aquí!- ordenó Lali señalando la puerta

-No soy tu perro como para que me eches así- dijo Belén evidentemente ofendida

-No, pero sí una perra. ¡Lárgate! No permitiré que vengas a faltarnos el respeto. ¿Quién te crees que eres para decir todas esas cosas? Eres una completa descarada, no entiendo como Peter podría relacionarse con alguien como tú-

-Querida hay muchas que nunca llegarás a entender- dijo Belén dándole leves palmadas en la mejilla

Lali alejó la mano de Belén de su cara con un manaso.

-Ni se te ocurra volver a tocarme, menos decirme querida-

-Cuéntame Marianita, ¿tú única neurona sigue sirviendo? ¿O ya se quemó luego de revolcarte con Peter? Porque, déjame decirte, mi querido Peter es un fuego en la cama, pero creo que no es necesario decírtelo. Ya lo sabes, ¿cierto?-

Belén le dedico una sonrisa burlona y arrogante

-Si crees que voy a rebajarme a tu nivel, espera sentada- dijo Lali dirigiéndose a la puerta de entrada a la casa y luego se volteó a mirarla- Y tal vez te hayas acostado con él, que me tiene sin cuidado, pero ahora él es mi esposo. No es nada tuyo, querida, lamento tener que decirtelo-

Y dicho eso Lali abrió la puerta, y antes de poder reaccionar, se encontraba rodeada por unos musculosos brazos y siendo besada.